El Ateneo Cántabro de CNSV inicia su actividad este sábado con la mesa redonda ‘Cultura e Identidad para la Cantabria del siglo XXI’
El espacio social y cultural L’Asubiu, en la Plazoleta (Plaza Dioniso Ridruejo) de la calle Marqués de la Hermida, en Santander, acogerá este sábado 20 de enero desde las 19:30 horas la primera mesa redonda del ‘Ateneo Cántabro’. Bajo el título ‘Cultura e Identidad para la Cantabria del siglo XXI’, la jornada reunirá a varios miembros de los movimientos sociales cántabros dispuestos a asumir el difícil reto de dibujar nuestro horizonte.
Nuestra compañera Kiara Brambilla, activista feminista y por los derechos del colectivo LGBT, estará al frente de la moderación de este evento en el que buscamos, además, contar con la participación de las y los asistentes, conociendo así sus inquietudes y apreciaciones sobre esta realidad.
La cita contará con Alberto M. Beivide, de Etnocant, quien ha realizado numerosos trabajos de campo sobre nuestra cultura popular, y centrando su intervención en la salud de la que goza nuestra identidad, y de si lo tradicional está condenado a desaparecer según lo hacen las formas de vida a las que estaba asociado.
Por su parte, el docente Daniel Lobete, de Alcuentru, planteará si la escuela cántabra enseña a nuestros jóvenes también lo local, además de reflexionar sobre la diversidad interna de nuestra cultura.
Del mismo modo, el miembro de ADIC Pedro L. Madrazo expondrá el papel de las instituciones públicas y nos acercará su reciente estudio sobre los oficios tradicionales de Cantabria, valorando su contribución a la economía del país.
El cuarto ponente será Raúl Molleda García, que desentrañará los intereses que se esconden detrás de determinadas políticas de aculturación que el pueblo cántabro viene sufriendo.
Además, pondremos sobre la mesa cuestiones que suscitan debate como la legitimidad de inventar nuevas tradiciones, la tensión que se produce en ocasiones entre el tradicionalismo y la generalización de sensibilidades-enfoques como pueden ser el feminismo o el animalismo, la asociación de lo cántabro con lo paleto-inculto o la búsqueda de nuevas herramientas para el registro y la transmisión de nuestra identidad.
Desde Cantabria No Se Vende consideramos más necesario que nunca afrontar un debate como este frente a la continua puesta en cuestión de la legitimidad de la identidad cántabra, y como respuesta a la dejadez en la protección de nuestro patrimonio de la que hace gala el Gobierno autonómico.
Ya sea eliminando las boleras de nuestras ciudades y pueblos, aprobando un currículum educativo sin contenidos propios, negándose a proteger el patrimonio lingüístico o, como vimos esta misma semana, las mascaradas rurales de invierno, nuestras instituciones incumplen continuamente su compromiso con la defensa y protección de los valores culturales del pueblo cántabro reflejados en nuestro Estatuto.
Ante esta situación, queremos escuchar lo que cántabras y cántabros tienen que decir, poniendo en común nuestra visión sobre la identidad de este pueblo y su futuro para los próximos años.