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CNSV califica de «legislatura perdida para Cantabria» el gobierno de Revilla y Zuloaga

Tras el Gobierno del PP, PRC y PSOE han continuado con el mismo modelo destructivo. Ahora, además, se confirman nuestras sospechas de que siquiera se tramitarán algunas leyes que suponían reconocer derechos imprescindibles para las y los cántabros

Si no fuera porque ya lo imaginábamos, sabedores de que los grandes partidos de Cantabria comparten la sumisión al poder económico y el proyecto de hormigonar y turistificar el territorio, esta legislatura hubiera supuesto una terrible decepción. La ausencia de un cambio en el modelo productivo mantiene al país con índices intolerables de desigualdad, pobreza, precariedad, emigración forzada, aculturación y destrucción medioambiental.

Por el mismo motivo, sabíamos que el plan de ordenación del territorio no se iba a llevar a cabo, porque dificulta la venta de nuestra tierra. Pero, al menos, la legislatura podía haber dejado algunas leyes que supusieran avances en el reconocimiento de derechos imprescindibles para las y los cántabros, incluso algunas con participación social, como la 'Ley de Memoria Histórica Democrática' o la 'Ley de Derechos LGTBI'. Pero no va a ser así. Los derechos van a quedar en un cajón, como ya le ocurriera a la 'Ley de Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres', que comenzó a tramitarse en la legislatura del 2007-2011, fue aparcada por el gobierno del PP, vuelta a activar por el PSOE en los prolegómenos del 8 de marzo del año pasado, y parece que se aprobará una década después, justo antes del fin de la legislatura y las elecciones.

Cabe cuestionar la capacidad y honestidad de la clase política que copa el parlamento autonómico y ha dejado once leyes previstas pendientes, optando además por engañar al personal con los plazos en lugar de reconocer sus reticencias ideológicas.

Los diputados del PSOE, que cambiaron la dirección de la Consejería de Cultura a mitad de legislatura tras sus conflictos internos, parecen necesitar décadas para cumplir los trámites de presentación de los documentos. O más, tras lo visto en Andalucía.

Los diputados de Podemos, tras la disolución del grupo parlamentario  por sus conflictos intestinos, provocaron el decaimiento automático de sus iniciativas y el bloqueo temporal de las comisiones que presidían, lo que tampoco ha ayudado.

Encantados de la vida están con esto en el liberticida PP, que así se ahorra el poco popular trago de votar en contra de la memoria histórica o las personas LGTBI.

Pero, sin duda, la llave del candado la han tenido PRC y Ciudadanos, que no sólo se han aliado para bajar los impuestos a los ricos, también han frenado en última instancia la ley de derechos LGTBI, solicitando incontables comparecencias.

El balance es, pues, el de una legislatura perdida. La clase política, aunque lo cobra bien, se ha mostrado incapaz de hacer su trabajo en 4 años, en una Comunidad con tal precariedad que uno de cada tres contratos laborales es de menos de una semana de duración. Renovarán otra legislatura, porque trabajan bien para el poder, pero a nosotras no nos engañan más: seguiremos organizándonos y movilizándonos para mejorar las condiciones de vida de las y los cántabros sin contar con ellos.

En Cantabria, a febrero de 2019.

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