Ayer, como tantas otras veces, las redes se toparon con lo que ha venido a denominarse "la crisis del tendal" a raíz del comentario a un tweet e imagen de una casuca de Bárcena cuyo tendal parecía desagradar a algunos turistas que veían la vida que aún le queda a nuestros pueblos como quien mira la imagen de un ficticio decorado puesto ahí para satisfacer sus deseos. Pues va a ser que no. Orgullos@s de la vida que aún tenemos.
Compartimos la reflexión de nuestro compañero Guillermo al respecto.